jueves, 5 de noviembre de 2009

Agassi y sus confesiones

Continuando con esta nueva etapa de forzarme a escribir aunque sea unas lineas vuelvo al ruedo. Ayer a la noche me planteaba sobre que escribir hoy y la verdad que se me ocurrían múltiples opciones. Sin embargo, ahora frente a mi teclado aparece la película de Brooke Shields “La Laguna Azul”. Que pésima alegoría a mi bache mental sobre que escribir hoy.

Pense en escribir sobre política, sobre economía, sobre algunas cuestiones que aquejan al país. Ejemplo de esto es él paro de subtes, tráfico colapsado, piquetes, asaltos, dengue, gripe A, reforma política, ley de medios, corrupción y mil etcéteras. Ninguna de estas temáticas me seduce demasiado en este momento. Si bien me interesaría o tendría varias cosas que escribir/contar sobre temas personales, tengo la singular paranoia de que, por una de esas casualidades de la vida, alguna vez, alguna persona implicada lea estas lineas y se me complique aún más la situación. Si bien tengo pensado utilizar nombres de fantasía, situaciones no tan reales y demás, no me animo a escribir confesiones sobre mi agitada vida privada. Escribiendo estas lineas se me acaba de ocurrir la idea de escribir noveladas las historias de mi vida personal mezclando realidad con ficción. Puede ser un punto de partida interesante, siempre podría estar la leyenda “los hechos o protagonistas de este relato son de ficción y cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia”. Esto podría dejarme a resguardo y ahuyentar mi paranoia. Aunque, a pesar de tantos recaudos finalmente tendería a dificultar tanto las historias que ni yo mismo sabría que es ficción y que es realidad.

Y hablando de confesiones personales me llama mucho la atención el caso de Andre Agassi y sus “confesiones”, luego de retirarse, en un libro. ¿Qué lleva a una gloria del deporte, que tiene fama, dinero, respeto e idolatría, a inmolarse públicamente con esas confesiones?. Es llamativo el caso y digno de un análisis psicológico porque dudo que tenga que ver con un motivo netamente comercial. Será un desahogo, culpa, ego (porque hay determinadas personalidades que buscan salir en los medios u ocupar las tapas de cualquier forma y manera, y cuando el éxito deportivo no logra ubicarlo en esas portadas entonces se recurre a estas “confesiones”). El paralelo nuevamente es con Maradona, o se me vino a la cabeza él, ya que Diego también se mantuvo en los titulares, y como diría Kristina, en letra de molde, por sus confesiones, campañas y lucha contra la drogadicción.

Supongo que todo tendrá que ver con el ego. Me inclino a pensar en ello porque, evidentemente, cuando se llega a un nivel tan alto de exposición e idolatría, el vacío que se debe sentir debe ser muy grande y los parámetros y límites que uno considera normales de cuidado de intimidad se tornan borrosos y confusos, lo que lleva a estas mega estrellas deportivas a tener que contarle a todo el mundo sus más profundas miserias como si todo el mundo fueran sus amigos. Es un mecanismo bastante perverso porque lo que hace el mundo con estas confesiones es juzgarlas y, en el 90% de los casos condenarla y cargarle el sanbenito al personaje, mochila que no se sacará jamás y que quizá hasta empañe su carrera. No se como se lo recordara a Agassi dentro de 50 años, si como un excelente y extraordinario tenista o como un tenista que confesó haber tenido ventajas deportivas y protecciones dirigenciales consumiendo drogas para el mejoramiento deportivo. Creo que el ego o el muchas veces sentir que le deben explicaciones a la gente conspira contra las grandes estrellas que terminan siendo fagocitados por los mismo medios que alguna vez los supieron endiosar.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario