miércoles, 4 de noviembre de 2009

Volviendo

Reencontrando con el blog. Empezare la costumbre de levantarme y escribir algunas lineas sin filtro, lo que salga. La lectura de un libro llamado “El camino del artista” me inspiro a esto. Veremos que pasa y si se sostiene. 
En realidad hoy no tengo nada demasiado interesante que decir pero por lo menos quiero sostener la escritura. No se porque me pasa que siento que me gustaría dedicarme a la escritura, me parece una actividad fascinante y atrapante. La realidad es que tengo algún grado de herencia por el gusto por las letras, mi padre hizo de su vida un muestrario de notas, frases, escritos, reflexiones y demás. Si bien siento que tengo mayor facilidad para los debates orales o para las expresiones orales, me gusta más la escritura. Quizá por ese énfasis o frenesí en búsqueda de la fluidez escrita, es que me topo generalmente con limitaciones a la hora de estructurar mis relatos, notas y artículos. Ese mismo obstáculo, generalmente, conspira contra mis ganas de escribir y hacen que me distraiga en otros asuntos. 
Siempre fui un aficionado a la lectura pero, últimamente, esa afición se transformó en devoción. Busco leer cuanto libro tengo enfrente ya que lo siento como una vehículo que me puede posibilitar obtener esa fluidez que siento que no tengo a la hora de escribir. También se me cruzó por la cabeza la idea, cada vez más frecuente y concreta, de realizar algún curso o taller de narrativa. Supongo que eso también puede ayudarme a, como digo yo en un lenguaje llano y por que no vulgar, “soltar la mano”. Sostengo que una cuota de talento natural se requiere a la hora de realizar cualquier actividad en la vida pero también creo que las herramientas para el desarrollo de ese talento son extremadamente necesarias. El ejemplo palmario lo pongo con Maradona. Es un talento único y excepcional que necesitó de la pelota y el entrenamiento diario y constante para desarrollarse, necesito el instrumento esférico y caprichoso y la dedicación y el trabajo para poder mostrarle al mundo esa cualidad que lo hacía excepcional, único y diferente a los ojos, no solo de sus padres y coetáneos sino del mundo y la historia misma. Obviamente que es presuntuoso el ejemplo y no busco trazar un paralelismo entre mi caso y ese sino que busco significar lo que creo que es condición necesaria, aunque no suficiente, para desarrollar un talento. Necesaria porque sin las herramientas ese talento jamás podrá ser desarrollado pero no suficiente porque siempre será imprescindible e irremplazable el talento de una persona para destacarse sobre el resto. En esa búsqueda me embarco. Veremos con que realidad me enfrento más adelante.

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