Empieza el juego. Lo de ayer mi estimado Ministro fue una verguenza. Ya no sólo lo burdo de lo que ocurrió con el caso Pomar, sino que no conforme con eso, salió a hacer declaraciones. Alguien le debería enseñar al Ministro que no hay que hablar si no hay nada que decir, y si las ganas de hablar son muchas entonces debe optar por un lacónico "estamos investigando, aún no sabemos que ocurrió, pronto tendremos más resultados sobre las pericias realizadas". Ese es el camino de la lógica, del sentido común. Si quiere salirse de esa postura cómoda debería haberse rendido a la evidencia y optar por un más categórico "no entiendo como pudo ocurrir una cosa así pero ya mande a investigar internamente y los responsables de esta negligencia sufrirán las consecuencias". Lo que seguro, pero seguro, no puede hacer es declarar como declaró. Que es claro que Pomar se quedo dormido y el auto se "despisto", que la policía actuó bien (le pregunto que es actuar mal entonces Sr. Ministro), que no hubo negligencia y demás sandeces. Además no puede, mi querido Ministro, ponerse tan a la defensiva con los medios ni ser tan agresivo porque se le nota el nerviosismo y la improvisación.
No es mi objetivo aconsejarlo, es más, creo que ya es tarde para hacerlo porque su imagen ya no puede deteriorarse más (en realidad ud. es capaz de superarse). Sin embargo le daría un último consejo. Se que no lo van a echar ya que le recuerdo a algún lector desprevenido que es Fiscal Federal en uso de licencia, lo que implicaría que vuelva a su cargo y recordemos que tenía a cargo nada más y nada menos que la causa "Skanska". Pequeño detalle que hará que el poder político haga que se vaya por sus propios medios pero que jamás lo expulsará, no sea cosa que se ganen un enemigo peligroso. Mi consejo, y perdón por la disgreción anterior, es que se llame a silencio. Ya no es cuestión de cuidar su cargo con declaraciones oportunas o políticas. Debe respetar la memoria de una familia muerta, la memoria de una mujer que quizá, haya sufrido la peor tortura que un ser humano pueda sufrir, haber sobrevivido al accidente durante horas, días o lo que sea, viendo a su marido e hijas muertos y con un dolor físico y espiritual seguramente indescriptible. Debe callarse señor Ministro y no defender lo indefendible. No le pido que se vaya, ni que renuncie, seguramente quien venga será como Ud. o peor, sólo le pido que se calle, que respete y que si quiere hablar, pida disculpas, tenga ese acto de humildad divina y pida disculpas. Diga simplemente "nos equivocamos". Seguramente no me haga caso pero yo sigo creyendo (ingenuamente) que Ud. todavía escucha. Por eso le pido, escuche y no hable, o si habla pida perdón. Tiene 2 orejas y una boca, escuche más de lo que hable. Gracias Sr. Ministro.
Game Over