miércoles, 1 de diciembre de 2010

No somos responsables de nada

Les dejo un post que leí en un blog que se llama el Opinador Compulsivo, el cual comparto en todos sus términos. Es a raíz del "accidente" de una chica en el famoso trencito de la alegría. Siempre la culpa es de los demás. Ahí va:


Un montón de pibes de secundaria en desenfreno de fin de clases adentro de un "Tren de la alegría" de esos que se usan para pasear a los chicos. Están medio sacados, como es lógico, y van saltando con el vehículo en movimiento. A una piba la empujan y se cae de cabeza al piso y se parte el occipital y hace un derrame interno. Se salva de milagro, ahora está conciente, pero con la cabeza quebrada al medio.

¿De quién es la culpa, según la madre de la chica?

Por supuesto, de la empresa dueña del trencito, por no asegurar las puertas. Y por no poner cinturones de seguridad. En un trencito. En el que los pendejos iban a los saltos y empujones mientras avanzaba. Cinturones.

¿Qué pide la madre?

Por supuesto, que el gobierno porteño se interiorice en el caso.

Los problemas en Argentina siempre, pero siempre, son porque no hay suficiente Estado para que nos cuide y con mano dura nos impida hacer las barbaridades que haríamos si no estuviéramos bajo su control y atenta vigilancia.

La responsabilidad personal, es claro, no existe. La pendeja no hizo nada mal, el que la empujó no hizo nada mal, los pibes desaforados no hicieron nada mal, los padres que contrataron un servicio con supuestos problemas de seguridad no hicieron nada mal, y a nadie se le ocurre escribirlo, tampoco decirlo, y quizás ni siquiera pensarlo. A los ojos de esta gente es como si la empresa de trencitos y Macri en persona hubieran agarrado a la piba de las patas y la hubieran tirado de cabeza al pavimento.

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