martes, 11 de diciembre de 2012

El Poskirchnerismo

Últimamente me ha vuelto a la cabeza un buen libro que leí de Mariano Grondona que se llama “El Poskirchnerismo”. Si bien su escritura revela cierto apresuramiento en el diagnóstico (fue luego de que el kirchnerismo perdiera las elecciones de 2009), tiene una idea troncal que me resulta de una actualidad apasionante. La tesis central, o la que he entendido como central mi limitado cerebro, habla que en realidad el kirchnerismo va a redundar en un beneficio para la sociedad argentina. No como tal sino como contraejemplo. La síntesis hegeliana en palabras de Grondona. Pone el ejemplo del rosismo. Cuando se acabo el rosismo continuó la generación del 80, con ideas absolutamente diferentes, con caminos que no se querían desandar, con unión, con respeto, con república. El kirchnerismo encarna hoy muchas de las enfermedades que las repúblicas no deben tener (falta de respeto por la división de poderes, atropellos institucionales, falta de búsqueda de consensos, la lauclodiana “amigo-enemigo”, la falta de respeto, etc.). Pero, en cierto sentido, últimamente estamos presenciando hechos que pueden hacer suponer que la teoría de Grondona puede llegar a ser cierta (ojalá lo sea). El hecho de que la justicia le haya puesto la mano en el pecho al gobierno (esta frase se la saque a Sanz) puede ser el comienzo de una justicia con mayor independencia o mayor valor a la hora de tomar sus decisiones. La reunión que organizó la UCR con todos los referentes de la oposición para conmemorar los 29 años de democracia es otro hito en esta idea. La foto viendo sentados en una mesa a Macri, Binner, Bullrich, Amadeo, Alfonsín y Cobos, entre otros, es de una fuerza republicana brutal y contagiosa. ¿Será que la oposición empezó a ponerse los pantalones largos?. ¿Será que ya no habrá más inmaduras frases como “mi límite es Macri”?. No lo se, todo este proceso parece ser muy incipiente aún, pero cada vez es más común en mi cabeza volver sobre esas páginas grondonescas que tan lejos parecían hace solo un año. Quizá finalmente, y gracias al contraejemplo kircherista, se alineen los planetas y podamos decir con orgullo REPÚBLICA Argentina de verdad.

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