martes, 14 de julio de 2009

Pobre Cerdo!!

Luego de unas pequeñas vacaciones en el vecino país del Uruguay es que retomo con esta aciaga costumbre de escribir algún artículo que plasme momentos o reflexiones sobre algún tema que me interese en ese particular momento.
Ojalá me dure esta costumbre y no sea solo el simple hecho de ocupar mi tiempo en estas forzadas vacaciones producidas por la famosa gripe “porcina”.
A raíz de esta gripe es que decidi escribir este artículo, en clave de humor, para matar el tiempo mientras viajo en el bu-bu-bu-quebus de regreso a mi país.
Una pregunta que me hago repetidas veces es porque la condena social al pobre animalito de Dios. El Chancho, tantas veces vilipendiado por su aspecto, por su modo de vida, por su olor y hasta por sus hábitos de comida, vuelve a ser objeto de maldiciones, cuestionamientos y estar en el ojo de la tormenta. Ya no alcanzo con aquél famoso libro de Orwell, “Rebelión en la Granja”, en el cuál se los mancillaba cuando se los representaba como parte de la escoria animal, donde representaban lo peor o eran la metáfora de lo peor de la Revolución Rusa. Eran aprovechadores, líderes negativos y explotadores de sus compañeros animales. Nunca entendí porque Orwell se inspiró en estos animales para representar lo que para él era lo negativo. Quizá haya sido azar la elección de Orwell pero no me sorprendería que estuviera basada en esta conntación negativa que ostenta el cerdo socialmente. Esta condena no era patrimonio de Orwell únicamente ya que parte de la sociedad le pone el mote “chancho” a una persona detestable o sucia o simplemente le llama “chancho” o “cerdo” para representar negativamente cualidades de una persona.
No conforme con este oprobio que sufrían los chanchos se logró impulsar una enfermedad, o para hacerlo más actual, una pandemia, en la cuál eran los únicos responsables y se la denomino “gripe porcina”. Singular suerte tienen los chanchos ya que múltiples enfermedades tienen nombre propio y no son catalogadas por sus generadores. Por ejemplo el dengue nada dice de llamarse “la fiebre mosquitera”; o el mal de Chagas no se llama “vinchuca loca”. Sin embargo, los cerdos siempre son el pato de las bodas y pagan las consecuencias de una sociedad que siempre aprovecha la ocasión para condenarlos, someterlos e incluso comer su sabrosa carne. No pretendo hacer un desagravio público de los cerdos, simplemente señalar objetivamente como son el animal que más agredimos y al que peor consideración le tenemos. Ahora los dejo que me voy a comer unas ricas ribs no sin antes lavarme las manos con gel líquido.

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