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viernes, 27 de julio de 2012
¿Ministro de Educación o alumno enojado?, Ricardo Roa
“El Ministro de Educación se metió en un laberinto al justificar las tomas de escuela “cuando se agota el diálogo con la autoridad”. Y en el afán por aclarar lo que dijo, decir que no dijo lo que dijo o pretender decir lo que no había dicho, terminó metido en un berenjenal”.
“Sileoni está contento porque los chicos se movilizan reclamando porque el quiosco es gestionado por privados, el portero debe jubilarse aunque no quiera o porque, pese a la desratización, aparece una rata”.
“Ve en esas cosas una preparación para la vida democrática. Tal vez, sin proponérselo, Sileoni expuso una idea profunda que anida en el corazón del kirchnerismo: la democracia es prepararse para imponer nuestra visión, por el diálogo, la fuerza o como sea”.
“De lo contrario, no se entiende que haya dicho que “a veces se agotan los caminos de diálogo y hay que llegar a medidas extremas”.
“Prepararse para la vida democrática es otra cosa: aprender, formarse, esforzarse, respetar las normas”.
“La democracia es un modo de resolución de conflictos que le permiten a una comunidad dialogar y llegar a acuerdos”. “En este debate está metida la Argentina. Entre un gobierno obsesionado por recrear una épica revolucionaria del conflicto y una sociedad que busca ir por las calles sin que se las corten, ahorran en la moneda que quiera sin que se lo prohíban, decir lo que piensa sin que la persigan y, en el caso de los chicos, estudiar, aprender y proyectar un futuro. Cualquier hijo de vecino aspira a contar con un ministro de Educación que promueva el diálogo y no la ruptura: la escuela esta justamente para eso. Y no uno que convoque a los chicos a la cruzada de uno adolescentes tardíos que parecen empeñados en revivir las frustraciones de su propia generación”.
“En fin, la cuestión es que el ministro haga de ministro”.
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