martes, 17 de julio de 2012

Todos se acuerdan del federalismo

 En el último fin de semana y a raíz del affaire Cristina, Scioli y vos, perdón, Mariotto, surgieron varias voces explicando los problemas estructurales de las provincias, desde Alcadio Oña en Clarín, hasta el bueno de Rogelio Frigerio, pasando por Alieto Guadagni y demás. Es el tema de moda. Lo insólito de esto es que aún ningún gobernador (o que se precie de tal) se ha pronunciado en el sentido de la injusta repartición de ingresos entre Nación y Provincias. Desde 1991, la tajada de las Provincias bajo del 46 al 34% o al 26% si contamos los ingresos de la ANSES (que maneja el gobierno). Más allá de este dato brindado por Oña, Frigerio va todavía más allá, dice que “Desde la recuperación de la democracia, nunca hubo una concentración tan grande de recursos y de poder político a favor del Gobierno nacional y en detrimento de las provincias, como en la actualidad”. Frigerio plantea que se dejo pasar la oportunidad de fortalecer a los gobiernos locales. En este punto me detengo. ¿Que significa esto??. En el pasado los gobiernos provinciales han funcionado como verdaderos regimenes feudales y caudillistas, recordar el caso de los Juarez por ejemplo o los Saadi. La idea de sacarles la caja tuvo que ver con evitar la proliferación de estas conductas. Como todo en la vida, lo que en un momento responde a una lógica determinada, luego deja de ser así si se extienden en el  tiempo. El ejemplo claro es el del experimento con los monos. Colocan 5 monos en una jaula y les ponen bananas en el techo. En cuanto un mono subía a buscar bananas, los otros eran rociados con agua helada. Esto genero que en cuanto un mono quisiera subir, el resto lo fajaran para que nadie subiera. Es así que ningún mono subió más. Cambiaron a uno de los 5 monos y el nuevo quiso subir y el resto lo agarró, cambiaron a otro y lo mismo. Hasta que cambiaron a todos los monos y descubrieron que tenían el mismo comportamiento, a pesar de ninguno haber estado en las rociadas de agua fría. Ya no tenía lógica estar sin subir a buscar las bananas, pero tenían esa idea de que no se podía hacer. Lo mismo ocurre ahora, se acostumbraron a ir a llorar por la plata que por derecho les corresponde, se acostumbraron a tener que ser obsecuentes y alcahuetes para poder pagar los sueldos de sus provincias. No importa si hoy no es lógico, lo que importa es que es así. Se degradó el federalismo. Hoy las provincias no sólo ven disminuidos injustamente sus ingresos, sino que también les ha aumentado el gasto (se tienen que hacer cargo de cosas que antes se hacía cargo la Nación). Esto generá una terrible dependencia del poder nacional, en palabras de Frigerio “Indudablemente, este incremento en la dependencia de los fondos “no automáticos” reduce la autonomía financiera y provoca un debilitamiento del federalismo, al someter a la mayoría de las jurisdicciones al alineamiento político como contrapartida de dichos fondos”. Luego Frigerio desvaría, raro en él, diciendo que el defensor del federalismo es Macri y que le debemos la defensa del federalismo a los fundadores de la patria. Odio ese tipo de expresiones. Nada le debemos a los fundadores de la patria más que reconocimiento. Todo lo que debemos en materia de federalismo no es a los fundadores de la patria sino a nosotros mismos y a nuestras futuras generaciones.

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