martes, 10 de julio de 2012

Una más de Oyarbide y van…

"De 4 millones a $40 mil. Los quería tener detenidos, pero la Cámara lo dejó en ridículo: bajo 100 veces la fianza que él había fijado para liberar a los Schoklender”. Una aberración más del juez más amado del kirchnerismo. Si bien la Cámara lo dejo en ridículo (no es la primera vez que lo hace), asumo que no le debe preocupar demasiado esa situación, ya que es un hombre bastante afecto al ridículo. No solo sus fallos o decisiones son pasibles de ser ridículas sino sus actitudes (subió a cantar con la mona Jiménez), y modos de vestir (moños y demás aditamentos glamorosos), así que estimo que en este caso, como en los otros, la ridiculez, en él, es un adjetivo más de su curiosa personalidad.

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